domingo, 20 de marzo de 2011

Dear Me.


Querido yo:

Déjame sentir algo. Lo que sea.

Sí, tenemos problemas.

Sí. No sé quién quiero ser. No tengo metas. No tengo sueños.

Sí, es verdad. No sé si quiero ser un ingeniero ó un líder. No sé qué carrera estudiar, y no sé qué Universidad elegir.

Es cierto, no sé si quiero ir a una Universidad. No sé si es necesario. No sé si cumple lo que quiero ser. Y la razón: no sé quién quiero ser.

Es cierto, no sé si me agrado. No sé si mi personalidad es la correcta. No sé si tengo razón. No sé.

No sé.

Es cierto, y esto es una gran verdad: que No sé a quién amo. No sé por qué. No sé si tengo razón. No sé si estoy equivocado. No sé si estoy mal, o si soy malo. No sé si lo que me pasa es normal, o si no tiene perdón. No sé si hay alguien que perdona. No sé si hay alguien que no perdone. No sé. No sé. No sé.

Sí. Es verdad: No sé qué es real. No sé si tiene sentido. No sé si hace click. No sé si esto a lo que llamamos vida tiene un final feliz. No sé si las cosas están bien al final. No sé si las cosas pasan por una razón. No sé si es correcto amar. No sé qué tiene sentido. No sé qué es real. No sé cuántas veces he dicho no sé.

Hay algo que sé: No me importa. No sé si estoy en lo correcto o no. No sé si tiene sentido que no me importe. Pero sé que no me importa. Sé que hay cosas que me hacen felices. Sé que miento para protegerme de mi mismo. Sé que no importa realmente si no sé. Sé que no importa si me importa o no. Pasará de todas maneras, no importa qué sepa, no importa si me importa. Pasará. El segundero seguirá dando vueltas y las cosas seguirán pasando. Sonrisas y puertas abiertas, gente nueva y gente vieja, momentos y lugares nuevos, sensaciones nuevas sin necesidad de pedir perdón. La vida seguirá pasando, y no importa si sabes o no que está pasando. La vida seguirá y no importa si estás seguro de quién eres, o adónde iras.

La vida seguirá pasando tengas sueños o no.

La vida seguirá pasando tengas metas o no.

La vida pasará, y no importa si estás o no enamorado. No importa si eres bajo o alto. La vida sigue pasando.

Es verdad, no sé si vale la pena. Pero es todo lo que hay.

Asique olvídate de lo que no sabes. Olvídate de todos. Quédate con lo que sabes. Siéntate en lo que disfrutas, y protegéte con lo que te hace sentir seguro.

Porque afuera hay incertidumbres y miedos. Miedos que no sabrás qué significan. Miedos que no importa si tienes o no. Pero estarán allí.

No. Eso está equivocado. Eso está mal. Y no importa qué significa 'mal'.

Y eso lo sé.

Olvídate de lo que te hace sentir seguro. Olvídate de quién eres y qué quieres. Olvídate de lo que no sabes. Olvida lo que temes. Olvida que tienes miedos, olvida que existieron. Puedes olvidarlos, porque puedes recordarlos.

Toma otra decisión. Una de cambio. Una que sólo un estúpido como tú, como yo, podemos tomar:

Olvídate de lo que te hace sentir bien.

Camina hacia el miedo. Y ríete de él. Camina hacia lo que no sabes, y aprende de él.
Dile muy claro y muy duro, díselo con calma, pero sin dudar. Díselo ya. Díselo siempre. Dile que no importa. Dile que no sabes. Dile que tienes miedo. Y dile que gracias a eso serás mejor. Dile que no sabes qué significa 'mejor'. Dile que eso no importa. Dile que serás mejor. Y luego sonreirás. Sí, le sonreirás a lo que no sabes, y le sonreirás a tus miedos, y le sonreirás a lo que no importa. Luego cerrarás los ojos, porque no importa qué hagan ellos. No importa si están ahí para que aprendas, o si realmente están allí para comerte. Eso no importa.

Por eso, cuando cierres los ojos, dirás gracias.

Le dirás gracias a tus miedos. A tus incertidumbres y a tus enemigos. Se lo merecen.

Ellos son Dios.

Y le darás gracias a Dios.

Porque no importa si es Dios o no. Te hará mejor lo sea o no.

Déjate caer. Grita de susto.

Gracias,

Luis.

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